¿A que juegas, Marie?
—Pregunta la vieja gata callejera—
¿A qué juegan tus dedos de marfil golpeteando la acera?
¿A qué deseo oculto le brillan distraídas las lagunas de tus ojos
y le otorgan los suspiros de mujer escapando de tu boca
que brotan como rosales en tu campiña francesa imaginaria?
¿A dónde se esconden los monstruos que no te dejan llegar a casa
en esta noche helada, de vientos impetuosos y ligera lluvia de encaje?
¿A dónde pretenden huir cobardes tus ilusiones?
Si la luna de París te vigila amorosa y constante,
si el viento en un abrazo de consuelo se declara tu amante,
¿A dónde, mi niña, a dónde?
¡No te das cuenta que las grietas en el mármol antiguo
que reviste tu ser son la belleza que guarda
la niñez primorosa, la juventud ansiosa
y desvela el fruto maduro de tu sexo en una flor!
¿A qué sueñas, mi pequeña
sentada sola, sobre una calle empedrada de Montmartre
bajo las luces ahogadas en el óleo de tus visiones
y el barro de tus pasiones cayendo como ceniza de tu piel?
…..
Ya no eres más una niña, Marie
…..
Crees ingenuamente que el reflejo que destella sobre el agua
de lluvia estancada bajo tus pies, es el de la luna inalcanzable
pero, si te acercas más… verás que es el tuyo.
A mi querida Marie Garcia, con todo mi afecto.
Hermoso. (Que bien hace saber que hay por aqui poetas verdaderos, que escriben con sensibilidad, y no como aquellos que gastan tinta (digital) en frases prosaicas y las cortan y recortan para darles apariencia de poema, pero no tienen una pizca de lirismo!).
Eres una inspiracion Enmanuel!
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