Huesitos de pollo

Acurrucada en mis pies te duermes serena
pero oscuras tus artes y en mi panza despiertas
¿no soy acaso de ti tu almohada predilecta?
¿por qué me castigas, entonces, con tu indiferencia?
y lenta te levantas, mi niña ¡despierta!

Pareces flotar con tus patitas de algodón,
de un mueble a otro saltas cual rayo veloz,
pero nunca te cansas nubecilla ruidosa
y exiges cual reina mi atención, caprichosa.

Me enojo, te escondes, taimada regresas
oscuras tus artes y de un brinco me contentas,
a veces me pregunto si realmente me quieres
¿o son tantos cariños el pago a mis deberes?

Corro, me persigues, te grito y me ladras
te estiro la cola y te jalo las patas
el día languidece y juntos dormitamos
yo en la mecedora, tú en mi regazo.

Eres de mi vida, su altanera dueña
mis manos tu peine y por cuna mis piernas
te aprieto a mi pecho, me comes a besos
como no escribirte ¡mi niña! estos versos.

Para ti son mis cantos que te saben a arrullo
mis breves corajes, mis desvelos nocturnos,
todas mis almohadas y caricias constantes
el sol de las mañanas, la brisa de las tardes.

Por si fuera poco y no menos importante,
te doy mi paciencia ¡mira que es bastante!
también de mi sonrisa te guardo su miel
y estos ojos, que lo sabes, te saben querer
y por ultimo, mi niña, y si te portas bien,
huesitos de pollo al atardecer.

15036628_1297964406937648_5171953178132783415_n

4 comentarios en “Huesitos de pollo

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s