La mujer y el arte

El arte, dicen por ahí, no tiene género… se alimenta insaciable de todo aquel que ose invocarle entre su fulgurante locura y diáfana elocuencia, devorándose en trozos la cordura cual ave de rapiña e invadiendo venenoso todo nuestro sistema para al final, ya instalado en nuestras venas, dirigirnos somnolientos en un viaje sueño/realidad sin retorno, retocado con acuarelas de estrambóticos colores, melódicas sonatas, bailes escarlatas, nerudianos versos de amor y desesperanza y en un suspiro, impávidos, como una hoja desprendida de la rama seca, precipitarnos a la muerte transformados en poco más y en nada menos que… artistas.

Así, al arte lo percibo como un ente infeccioso, sin prejuicios, que no discrimina y solo se introduce, se alimenta, se incuba para brotar luminoso de nuestras manos, de nuestros pies, de nuestra voz, de nuestra humana naturaleza surrealista y contrastante, nostálgica, amorosa, inestable, peligrosa, por momentos alegre, por momentos suicida, pero siempre llena de vida y al mismo tiempo, mortal.

En ese mismo sentido, en esa visión sin etiquetas, la mujer es más que una musa, es… la creadora perfecta.

La artesana, curadora, mecenas, experta, la adicta, asesora, protectora de todo a lo que el arte y sus menesteres convenga, la mujer se fusiona líquida con el placer de saberse artista, por que al igual que a los hombres, el arte su conciencia dicta.

8c41309d6b2991b25846c8b4d9fa1548

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s