La revista Extrañas Noches publica mi texto «Dueño soy de mis pestañas», aquí abajo les comparto el enlace y de antemano… gracias por leer.
https://www.revistaextranasnoches.com/single-post/2020/06/15/Due%C3%B1o-soy-de-mis-pesta%C3%B1as
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https://www.revistaextranasnoches.com/single-post/2020/06/15/Due%C3%B1o-soy-de-mis-pesta%C3%B1as
I
Casa redonda tenía
de redonda soledad:
el aire que la invadía
era redonda armonía
de irrespirable ansiedad.
Las mañanas eran noches,
las noches desvanecidas,
las penas muy bien logradas,
las dichas muy mal vividas.
Y de ese ambiente redondo,
redondo por negativo,
mi corazón salió herido
y mi conciencia turbada.
Un recuerdo mantenido:
redonda, redonda nada.
II
Escaleras sin peldaños
mis penas son para mí,
cadenas de desengaños,
tributos que al mundo dí.
Tienen diferente forma
y diferente matiz,
pero unidas por los años,
mis penas, o mis engaños,
como sucesión de daños,
son escaleras en mí.
III
De mi esférica idea de las cosas,
parten mis inquietudes y mis males,
pues geométricamente, pienso iguales
lo grande y lo pequeño, porque siendo,
son de igual importancia; que existiendo,
sus tamaños no tienen proporciones,
pues no se miden por sus dimensiones
y sólo cuentan, porque son totales,
aunque esféricamente desiguales.
IV
Me estoy volcando hacia fuera
y ahogándome estoy por dentro.
El mundo es sólo una esfera,
y es al mundo al que pidiera
totalidad, que no encuentro.
Totalidad que debiera
yo, en mí misma, realizar,
a fuerza de eliminar
tanta pasión lastimera;
de modo que se extinguiera
mi creciente vanidady de este modo pudiera
dar a mi alma saciedad.
V
De mi barroco cerebro,
el alma destila intacta;
en cambio mi cuerpo pacta
venganzas contra los dos.
Todo mi sér en pos
de un final que no realiza;
mas ya mi alma se desliza
y a los dos ya los libera,
presintiéndoles ribera
de total penetración
VI
Yo soy cóncava y convexa;
dos medios mundos a un tiempo:
el turbio que muestro afuera,
y el mío que llevo dentro.
Son mis dos curvas-mitades
tan auténticas en mí,
que a honduras y liviandades
toda mi esencia les dí.
Y en forma tal conviví
con negro y blanco extremosos,
que a un mismo tiempo aprendí
infierno y cielo tortuosos.
El filósofo, historiador y académico por excelencia mexicano, experto reconocido en materia del pensamiento y la literatura de la cultura náhuatl, fallecería el pasado primero de octubre del 2019 en la Ciudad de México a sus 93 años.
Desde 1988, se desempeñó como investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, recibió la Medalla Belisario Domínguez en 1995, y desde el 23 de marzo de 1971 fue miembro del Colegio Nacional, institución para cuyo ingreso presentó la ponencia La historia y los historiadores en el México antiguo. Su obra más famosa, la visión de los vencidos, ha sido editada veintinueve veces y traducida a una docena de idiomas. Logró reconocimiento a través de la traducción, interpretación y publicación de varias recopilaciones de obras en náhuatl. Encabezó un movimiento para entender y revaluar la literatura náhuatl, no solo de la era precolombina, sino también la actual, ya que el náhuatl sigue siendo la lengua materna de 1,5 millones de personas.
A propósito de su extenso trabajo como promotor de las lenguas indígenas, aquí el poema en Español y Nahuatl más reconocido de su autoría:
En homenaje a Carlos Montemayor
Cuando muere una lengua
las cosas divinas,
estrellas, sol y luna;
las cosas humanas,
pensar y sentir,
no se reflejan ya
en ese espejo.
Cuando muere una lengua
todo lo que hay en el mundo,
mares y ríos,
animales y plantas,
ni se piensan, ni pronuncian
con atisbos y sonidos
que no existen ya.
Cuando muere una lengua
entonces se cierra
a todos los pueblos del mundo
una ventana, una puerta,
un asomarse
de modo distinto
a cuanto es ser y vida en la tierra.
Cuando muere una lengua,
sus palabras de amor,
entonación de dolor y querencia,
tal vez viejos cantos,
relatos, discursos, plegarias,
nadie, cual fueron,
alcanzará a repetir.
Cuando muere una lengua,
ya muchas han muerto
y muchas pueden morir.
Espejos para siempre quebrados,
sombra de voces
para siempre acalladas:
la humanidad se empobrece.
Ihcuac thalhtolli ye miqui
Ihcuac tlahtolli ye miqui
mochi in teoyotl,
cicitlaltin, tonatiuh ihuan metztli;
mochi in tlacayotl,
neyolnonotzaliztli ihuan huelicamatiliztli,
ayocmo neci
inon tezcapan.
Ihcuac tlahtolli ye miqui,
mochi tlamantli in cemanahuac,
teoatl, atoyatl,
yolcame, cuauhtin ihuan xihuitl
ayocmo nemililoh, ayocmo tenehualoh,
tlachializtica ihuan caquiliztica
ayocmo nemih.
Inhuac tlahtolli ye miqui,
cemihcac motzacuah
nohuian altepepan
in tlanexillotl, in quixohuayan.
In ye tlamahuizolo
occetica
in mochi mani ihuan yoli in tlalticpac.
Ihcuac tlahtolli ye miqui,
itlazohticatlahtol,
imehualizeltemiliztli ihuan tetlazotlaliztli,
ahzo huehueh cuicatl,
ahnozo tlahtolli, tlatlauhtiliztli,
amaca, in yuh ocatcah,
hueliz occepa quintenquixtiz.
Ihcuac tlahtolli ye miqui,
occequintin ye omiqueh
ihuan miec huel miquizqueh.
Tezcatl maniz puztecqui,
netzatzililiztli icehuallo
cemihcac necahualoh:
totlacayo motolinia.
……..
Incarnated
After Frida Kahlo
Incarnated with rose petal lips
earth colored skin
eyes like midnight moons
flowers on her hair
like a star queen brilliant
shimmering
yellow aquamarine
emerging from earth
a fountain of hope
life, color, heat
art from eye to eye unbound
from eyebrow to eyebrow
born and created into the universe
among corn plants, husks
grown from the ground, our earth
brown as the color of her skin
Encarnada
Para Frida Kahlo
Encarnada con labios de rosa
piel de la tierra
ojos de luna nocturna
flores en su cabello
como una reina estrella
deslumbrante
aguamarina amarilla
emergiendo de la tierra
como una fuente de aliento,
de vida, de calor, color
arte de ojo a ojo
de ceja a ceja y después
al universo nacida y creada
entre mazorcas y el maíz,
crecida de la tierra
morena como el color de su piel
Por Raúl Sanchez
Honey
*After La flor de guayaba by Israel Nazario*
In the garden’s mist
lapis lazuli beats it wings.
Pint-size fluttering spans out
Pearly, dawn light
White, seductive flower
beckons for a taste of her honey, offering herself
with morning dew
Perfume entwined with moisture
Thick, blue atmosphere
Guardian guava tree of malachite
Shimmer of light smolders
from the hummingbird’s wings
Soft music drenches
the flower’s pistil
with first contact, then
delicately draws up the honey
Miel
*Para La flor de guayaba de Israel Nazario*
En la brisa del jardín
agita sus alas el lapislázuli.
Diminuto sonsonete esparce
la nacarada luz del amanecer.
Blanca flor seductora,
invita a probar su miel, se dilata
con el rocío de la mañana.
Perfume entretejido con la humedad.
Densa atmósfera azul
custodia al guayabo de malaquita.
Destellos de luz emanan
de las alas del colibrí.
Música suave se impregna
en el pistilo de la flor
con el primer contacto, entonces
chupa delicadamente la miel.
(Poema incluido en Noche de colibríes, Pandora Lobo estepario Productions Press, 2014)
Flor de guayaba – Israel Nazario
Rebka la sunita
Rebka la sunita
cruzó el Mar Rojo
con una azucena
en las manos.
Sangre fiera
noches de guerra
entre las montañas donde
se desgrana la muerte.
Lleva sus muertos
en los ojos
bajo el cielo de una América
libre y soñadora.
Rebka la guerrillera
del Este de África.
Amazona ligera
en los vientos del siglo 20.
a las ocho de la mañana.
Hablamos de Eritrea
con la nostalgia de un regazo.
Manos suaves que en el pasado
estremecían al cielo con una Kalashnikov .
Hoy nos vemos a los ojos
con la complicidad de ser inmigrantes
bajo la lluvia de Seattle.
……..
A Anna Ajmátova
La muerte florece en nuestras pupilas
en los días de interminables desembarcos.
Cuanto dolor
queda en los sobrevivientes.
¡Hurgaremos en las celdas clandestinas!
Jesús, el muchacho “levantado”
será un número de archivo.
Vendrán nuevos inviernos Anna.
Imploraremos libertad
pero algunos moriremos en la espera.
¡No hay atalayas!
¡No hay centinelas!
¡No hay profetas
que nos auguren buenos tiempos!
Crueldad, desolación,
terror, ejecución
bajo
un verdugo despiadado.
XI-VIII-MMXI
……..
AVANCE
Mujer, he recorrido tu piel con mis dedos.
He palpado los cantos de tu cuerpo
como un ciego en los vientos de agosto.
He afianzado mi ancla ante la lluvia postrera del crepúsculo,
donde las picas de cristal avanzaban
con los olores maduros del verano.
Durante las mareas vivas
he sido un refugiado en las bahías de tu cuerpo sedoso.
Y en él he avanzado con el poder de un ejército arrollador,
cuando los segadores recolectaban azucenas blancas y rojas
y cantaban un himno de amor.
Mujer, he besado tus labios en la hora en que dos cuartas crecientes,
giraban como hoces de plata en el rostro
y en el fuego benévolo del sol.
He recorrido tu cuerpo como un ciego
o como un panadero que ha estampado
galaxias de fuego con las puntas de sus dedos al amasar un pan fermentado.
He seguido las flechas del sextante en tus concavidades donde abundan
Las caracolas y las orquídeas azules.
Me he atrincherado en tus simas
con un canto marino en la pleamar.
Y en el horizonte solo han quedado de las nubes
unas telarañas de harina como de un saco roto.
Mujer, he cruzado tus desfiladeros,
con la audacia de un corsario del Mar Caribe
en la hora exacta del perigeo y en el acantilado
donde el día y la noche se besan apasionadamente.
VIII-X-MMVIII
Carmelo González
Anna Ajmátova – Nathan Altman
De la amarga experiencia dicha constante
oscura presencia en dulce brebaje
fina molienda tu aspecto divino, y espumosa
la esencia en tu líquido sentido.
Humilde semilla de engañosa presencia
negro terminas cuando verde comienzas
frío o caliente endulzas mil caminos
de arrogantes paladares o sencillos destinos.
¡Bate el Chocolate, bátelo con enjundia!
y huele del vapor brotar en bruma sus milagros
saborea dulce de la olla su ternura
que se impregne prodigiosa en la tersura de tus labios
y con cada sorbo los secretos de las lluvias
de los vientos, de los montes, del fruto del cacao
y de la entera tierra mía con sus soles y lunas
bate el Chocolate, ahora bátelo despacio.
Cacao Harvest – Kelly ZumBerge
Palmas sobre las palmas, verdes sobre los verdes,
pájaro de cantos y hechizos, la maleza que oculta espectros
bajo los dientes filosos de sus ramas,
un sol que nunca penetra, lunas de sombra inagotable
ocultando un mundo bajo las hojas secas,
mundos sobre los árboles,
mundos sobre sub-mundos, verdes los tropicales
cosmos de criaturas hambrientas, heridas abiertas
de perversa naturaleza alimentándose sin piedad.
Tristeza sobre la tristeza anuncian en sus cantos las aves
verdes de tropicales nostalgias y verde sobre verdes plumajes,
aquí nada se explica y nada se ama y rabiosa se alimenta la existencia
sin esperar nada, temiéndolo todo, niebla constante y etérea
cual delirio de embriagante realidad.
¿Escuchas las criaturas cazar, huir, respirar… temer?
¿Sientes la resina de los árboles arder?
¿No ves acaso, ciego de ti, ignorante de tu instinto, de tus prístinos sentidos, curiosos ojos levitar sobre el oscuro follaje, escudriñando el misterio de tu especie para luego decidir fatal tu destino?
Muerte sobre la muerte, la ignota penumbra bajo las palmas
habitante de todo, dueña de cosmos, cobija de la única esperanza,
amarga verdad, dulce mentira, la muerte caliente y húmeda suspira
en cada piedra, en cada helecho, en cada cause bestial de ríos
y golpe de tormenta, la madre resignada que asesina y furiosa
renueva el ciclo vital.
Verdes que cubren los trópicos, densa la neblina sobre las cumbres
verde se quiere, verde se llora, verde se lamenta, sombra sobre las sombras
salvaje se vive y se mata, salvaje se alimenta la araña, la serpiente y el caimán
salvajes cantan las aves y los monos, salvaje ruge el jaguar
salvaje la mantis devora la inocencia y salvaje el venado busca clemencia
salvajes los salvajes somos bajo esta noche tropical.
Mirar sobre el acantilado y anhelar la caída, el golpe fatal y fulminante, no temer el frío sobre la piel vulnerable ni la violencia del mar ni la ríspida roca, descarnarse con uñas y dientes los miedos aunque los sentimientos ardan y permitirse ser valiente en la tajante huida.
Esperar el azote del viento traspasando filoso esta carne ya muerta, donde solo habita un último deseo; tenue luz de una vela que se agota. ¿Si el colosal paisaje que entre llovizna de grises esconde cruel su horizonte inalcanzable? no temeré enfrentarme a su injusticia, no temeré pararme desafiante sobre esta orilla y mortal dejarme tragar por la vorágine… ¡Sacrificio! cordero de un Dios sordo, manco y mudo, te entrego en llamas este cuerpo envejecido.
Cubrirme quiero de la llamada libertad y coserme de ella una segunda piel.
Entonces…
Si me dejo caer venciendo resistencias ya sin el peso de mis huesos, sin esta piel que ya no siente, sin lo perverso de mi sombra, sin la vana liturgia de las almas; bozal de espíritus y carroña del tiempo, sin estas venas carentes de sangre; ríos desbordantes de mercurio y lodo, sin el hierro lacerante de mis cadenas ni la fractal composición de mis tormentos; si me dejo caer en pedazos sin la inútil carga de extranjeras utopías, de ambiciones ajenas; estrellas vacías de un firmamento extraterrenal e intocable que no se explica.
Si al final lo logro y me aferro a la ignota humanidad sobre este bestial instinto y muto en partículas de tierra y lluvia, si me libero de este cadáver putrefacto que ya no reconozco y que ya no me pertenece, solo entonces…
Muertos sean los miedos y muerte sobre muerte a mis fantasmas y muerte a la pesada vida anhelando la ligera muerte.
Texto inspirado en experiencias personales y el poema «Soy dueña del universo» de Guadalupe «Pita» Amor.
………….
Me gusta verme, admirarme, proyectar en mis tacones aspiraciones secretas, deseos de escenario y de brillante lentenjuela. Observo esta desnudez que en otros mundos no se me permite, pero que ahora es mía, mía de mi cuerpo y mis deseos, de los afectos de quienes yo pretenda, de mis miedos vencidos, de la seguridad que repentinamente poseo a través de mis caderas, los pasos de acero de mis piernas; y lo quiero todo, todo y a todos viéndome desde la pista, sintiéndome lejana y arrogante, déspota, segura, divina, absolutista, poderosa y audaz como una perra.
Y yo, como «Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein» dueño soy de mis pestañas…
Como dueño de las ansiedades que me desvisten y revisten cada noche de bruma, de espejismos y espectáculo. Me maquillo para Afrodita volviéndome vitral de mis obsesiones y en cada entalle, en cada transparencia del vestuario… mis libertades. Entonces me descarno este traje de niño/niña decente, maloliente y me vuelvo puta. Porque de las putas es el reino de los cielos al que aspira mi entrepierna, este sexo que nocturno brota como flor de Nochebuena.
Y yo, como «Pita, mi Pitita» dueño soy del universo…
Y de los astros y los soles que me invento, dueño soy del firmamento de luces esta noche, que de un centro nocturno brotan mundos paralelos; bullentes, como en el principio de los tiempos y de los hombres y las religiones, del pecado original y la virtud ignota, del ángel caído que acaricia mis intenciones y las vuelve lumbre, mis manos de lumbre, mis cabellos y mis ojos y mis labios que escupen lumbre. Me deshago, me desconozco y me seduzco; este espejo de camerino que se ríe a carcajadas y me hechiza con su maldito reflejo.
Y yo, como «Guadalupe «Pita» Amor» me vuelto otro(a)
Me transformo, quimera de mis pasiones, de mis lujurias, de esta vasta inteligencia de bruja que me vuelve pitonisa de mi propio destino, y adelantada a los tiempos, en tácito pacto con mis infiernos sentencio libertad. Libre el albedrío, libres mis pezones y mis muslos, libres mis movimientos de hombre/mujer/dragón/serpiente, libres mis intimas perversiones de chacal, de hiena, de gata. Esta hambre de hombre, de triunfo y de furtivas miradas. Esta ansiedad de belleza inusitada al amparo de la luna, de oscura vanidad y ambición de discoteca. Este soy yo en mis noches de travestismo, de eterna dragola diva y de la más lúcida de mis verdades.
Dueño —solo esta noche— soy de mí.